2024

Apenas gestos
Galería Art Nueve, Murcia



Exposición colectiva junto con Eduardo Hodgson, Eduardo Rodríguez, Hodei Herreros, Leyre Arraiza y Víctor Ortuño
Comisariado por Jesús Alcaide


Apenas gestos
CLAUDIA PASTOMAS, EDUARDO HODGSON, EDUARDO RODRÍGUEZ, HODEI HERREROS, LEYRE ARRAIZA, VÍCTOR ORTUÑO
Comisariado: Jesús Alcaide

En parte a causa de mi amor por ti
en parte a causa de tu amor por el yogur
en parte a causa de los tulipanes naranja fluorescente alrededor de los abedules
en parte a causa del misterio que adquieren nuestras sonrisas ante la gente y las estatuas
cuando estoy contigo es difícil creer que pueda existir algo tan inmóvil.

Frank O’Hara, Having a Coke with you

Me cuesta recordar tu cara. Tener una imagen fija de todo aquello. Las fotografías no me ayudan. Hoy me parecen estudiadas. Una coreografía de posiciones a partir de las cuales se fue construyendo una historia. Esa historia, la nuestra. Aquella historia, hoy, la otra historia.

Cuando leo el poema de O’Hara siempre vuelvo a sonreír. Cuando veo las fotos, no. Hay algo en esas palabras que performan, en el sentido de Austin¹: las palabras hacen. Los gestos, también.

A lo largo de toda la década de los años noventa, los diferentes estudios sobre la performatividad de los géneros2 que sirvieron de base para los estudios queer, nos sirvieron para constatar la importancia que la repetición de los gestos tiene en la construcción de las identidades, los relatos, las historias y todas aquellas cuestiones que aparentemente sólidas, fijas e inamovibles, comenzaban a resquebrajarse, movilizarse y hacerse más fluidas. “Mientras las estatuas derribadas y recolocadas se derriten, que los pedestales vacíos de todas las ciudades se usen como plataformas performativas a las que puedan subir otros cuerpos vivos. No sufrimos de un olvido de la historia normativa, sino de un borrado sistemático de la historia de la opresión y de la resistencia. No necesitamos más estatuas. No pidamos mármol ni metal para llenar los pedestales. Subamos a ellos para hablar y contar nuestra propia historia de supervivencia y de liberación” 3.

1 Austin, J.L. Cómo hacer cosas con palabras. Paidós, Barcelona, 1990.
2 Butler, Judith. El género en disputa. El feminismo y la subversión de la identidad, Paidós, Barcelona, 2007. 3 Preciado,PaulB.Dysphoria mundi.Anagrama,Barcelona,2022.

La historia, esa que se escribe con ambos tamaños, está hecha de gestos. Mínimos y máximos. Con más y menos fuerza. Caricias y golpes. Entre cuerpos y entre todo aquello que nos rodea y vibra alrededor de nosotros. Materia vibrante4 que configura esta parte de mundo e historia que vivimos al borde del colapso. Para bailar una se entrega a su baile gestual, desplegado entre otros5 . Vamos a bailar juntxs y construir esta situación.

Gestos, cuerpos, objetos. Estos son los elementos que posibilitan una situación construida en la que como escribía Raimundas Malasauskas, “las obras de arte son comisarias de exposiciones”, un mantra que siempre me repito para socavar la omnipresencia del comisariado en muchas ocasiones. Hay un relato, aunque no lo quiera. Lo construyo en mi cabeza y luego lo escribo en sala. Allí algo cambia. Siempre cambia. Los planos mienten. Las imágenes, engañan. Comienza el baile. Vente conmigo. Bailar es acortar distancias6.

Esta mañana he entrado en la sala cuando apenas quedaban los últimos retoques. La moneda de Eduardo Rodríguez se sostenía de canto al entrar por la puerta. Las Kröhks de Victor Ortuño esperaban en la puerta como si algunos de los visitantes se hubieran descalzado para bailar en la sala. Las placas de Leyre Arraiza descansaban en vertical como ese molde de cuerpo y tierra que fueron y de cuyo gesto aún quedan restos. El sillón tubular de Eduardo Hodgson descansa sobre el entarimado cubierto por esa camiseta agujereada por la que podría salir el sudor de esos cuerpos masculinos que configuraron el mito de la pintura abstracta norteamericana de los años sesenta, hecha de humo, pintura y pelotas7. Al lado los perfiles de madera de Hodei Herreros acarician la pared con la frente, la nariz y los labios. De fondo, las obras en madera de Claudia Pastomas, como otro material de nuestro tiempo que saca su interior, como en un desgarro. Apenas gestos que construyen una situación.

Escribe Andrea Soto Calderón, “Hay una tradición de la historia que tiende a disolver los movimientos del acontecimiento en una continuidad ideal; es necesario dejar a cada cosa su medida e intensidad para desplegar una forma distinta del tiempo. Es en este aspecto que las imágenes pueden abrir zonas de indeterminación, introducir fuerzas de alteración que, como dice Marie Bardet, pueden ser apenas gestos” 8 .

Tradición, acontecimiento, tiempo, indeterminación, alteración. Una coreografía de gestos que se despliega en lo que podría ser un espacio otro de un coleccionista moderno. Cubo blanco, orden, limpieza. “El hogar es donde está el espectro”9, escribía, Mark Fisher. El fantasma de una modernidad que ya no está. Architectural Digest para futuros perdidos.

4 Bennet, Jane. Materia vibrante. Una ecología política de las cosas. Caja Negra, Buenos Aires, 2022.
5 Wark, McKenzie. Raving. Caja Negra, Buenos Aires, 2023.
6 FernándezPan,Sonia.Edit.Caniche,Madrid,2022.
7 En 1960, Robert Rauschemberg realizará la obra “Painting with two balls” (Pintura con dos pelotas) que era una crítica a la masculinidad desplegada por los brochazos de la pintura abstracta norteamericana, en particular en las imágenes de ese sudoroso Jackson Pollock chorreando (dripping) pintura sobre el lienzo en el suelo.
8 Soto Calderón, Andrea. Imágenes que resisten. La genealogía como método crítico. La Virreina, Barcelona, 2023.
9 Fisher, Mark. Los fantasmas de mi vida. Escritos sobre depresión, hauntología y futuros perdidos. Caja Negra, Buenos Aires, 2018.

Dentro, el skay de un antiguo sofá retorcido, esconde monedas y construye helicoides (Eduardo Rodríguez). Dos placas de DM que se doblan como una hoja de papel dibujan un espacio del entre (Claudia Pastomas). Un cuadro en cuyas pinceladas encontramos un guiño al tabaco, la Escuela de Nueva York y las construcciones del eterno masculino (Eduardo Hodgson) y una serie de perfiles de rostros en madera cubiertos por una fina capa de maquillaje (Hodei Herreros). Deleuze y el pliegue de Leibniz. Apenas gestos que transmiten un conocimiento efímero de posibilidades.

“Este capítulo tiene dos comienzos. Uno es una historia extraída de mi memoria personal, y el otro es un poema de una prominente poeta norteamericana del siglo XX”, escribe José Esteban Muñoz en “Gestos, rastros efímeros y sentimiento queer. Un acercamiento a Kevin Aviance” 10 . Esta hoja de sala tiene dos comienzos. Uno es una historia extraída de mi vida personal, y el otro es un poema de Frank O’Hara que alguien me leyó tumbado sobre la arena en una playa de Cádiz. Cuando estoy contigo es difícil creer que pueda existir algo tan inmóvil. Como mantener el gesto de una moneda que cae de canto. “El hecho de que tengamos una posibilidad no quiere decir que seamos capaces”11.

Vuelvo a mirar las imágenes. Me cuesta recordar tu cara, pero si todos aquellos gestos que fueron construyendo una historia de posibilidades que fuimos incapaces de continuar. Como escribe Mackenzie Wark en Raving, “las historias nunca terminan realmente con un final feliz de continuidad. Siempre algo muere. Incluso si ese algo es un centelleo de deseo inútil”. Apenas gestos. When it comes to warm us / Sometimes there is no words/ But silence is still talking12.

Jesús Alcaide, Abril, 2024.